El superdeportivo de Lamborghini sigue siendo uno de los últimos de su clase en seguir un método de fabricación verdaderamente artesanal, muy cercano al que ya existía en sus inicios. Además del V12, que todavía se ensambla a mano y se prueba en banco antes de integrarlo en la carrocería, el chasis tubular lo fabrica Marchesi en Módena, mientras que los paneles de aluminio del maletero delantero, las puertas y las aletas los suministra Golden Car en Cuneo, un especialista que también trabaja para Maserati. Los paneles compuestos de la carrocería, el capó y los salpicaderos se fabrican directamente en la fábrica de Lamborghini, en autoclave. La culata procede de Fonderia Scacchetti antes de ser terminada en Lamborghini. La personalización que aún permite la artesanía es casi infinita, lo que hace que muchos Lamborghini Diablo sean únicos. Más allá del simple color de pintura personalizado, las propias especificaciones del motor pueden adaptarse, desde las relaciones de la caja de cambios (hay 3 tipos de ejes disponibles) hasta la relación de compresión. A continuación, cada coche se prueba en 3 sesiones de 60 kilómetros, durante las cuales se validan los reglajes de la suspensión y la gestión del motor antes de declararlo listo para su entrega. Los motores montados a partir de 1999 se identifican por la inscripción “Valve Timing Management” en la tapa central de la toma de aire. El Lamborghini Diablo SV (o Serie 2) reestilizado sólo se fabricó de octubre de 1998 a diciembre de 1999.