Después de que el Ferrari F40 abriera el baile, el mercado de los supercoches empezó a burbujear. Todos los fabricantes de deportivos tenían que ofrecer uno en su catálogo. Jaguar se esforzó por sacar su XJ220, Buggati intentó un renacimiento con el EB110 de altas prestaciones, Lamborghini presentó su Diablo… El Ferrari F40 tuvo (y sigue teniendo) el sabor particular de ser el último supercoche desarrollado bajo la dirección del propio Enzo Ferrari cuando aún vivía. Por supuesto, esto no desmerece en absoluto las cualidades de los modelos posteriores, pero el hecho de que el propio Enzo Ferrari fuera responsable de su desarrollo añade un toque mágico. Conocido con el nombre en clave de F130, el Ferrari F50 toma su base técnica del Ferrari 330 SP, que compitió en IMSA en 1994. El motor y el chasis compuesto se han tomado directamente del Ferrari de carreras.